Las palabras en el consuelo
Ya estaba muy tranquila en ese momento y me sentía muy cómoda. Me di cuenta que nos mirábamos y estábamos cogidas de la mano, y había otra conversación sin palabras.
En esa conversación sin palabras, mientras seguíamos hablando de bobadas, ella me dijo que estaba bien, que lo que le estaba pasando no era tan importante. Fue como un consuelo para mí. Cada vez me sentía mejor, desde luego no pensé que había ningun sitio donde pudiera estar mejor que allí en ese momento. Me sentía bien y me fue quitando todo el miedo que tenía, no solo a la visita, sino en general, incluso el dolor que puede tener una vida entera, la suya y la mía. Para mí fue una conversación de consuelo de ella hacia mí. Era como una caricia a mi alma mientras yo le acariciaba la mano.
Finalmente vino la hermana con el vaso de agua y seguimos hablando de tonterías las tres. Entonces, ella me dijo: “He pedido que vinieras porque quería decirte que tu hijo ha sido un regalo maravilloso para mí, ha sido un ángel para esta familia y todo ha sido mucho más fácil gracias a él. Te lo quería decir para que estés orgullosa de él y de ti, porque eres su madre”.
Murió a los dos días. Me acuerdo mucho de ella y la noto cerca.
Me ha gustado mucho ésta reflexión que has hecho sobre el acompañamiento en el duelo a una persona que está preparando su marcha de éste mundo.
En principio , nos produce terror por nosotros mismos , que nos revuelve por dentro y por la otra persona que, no sabemos cómo está.. Si lo niega, lo acepta, se resigna…
La acepatación nos produce mucha paz, la despedida es de acompañamiento y deseo de buen viaje.
El que todos tenemos que hacer pero dónde la actitud, el cómo y cuando estan variable..
Me ha gustado mucho la despedida y el sentido de agradecimiento a tu hijo.
Qué a gusto se habrá quedado ella y tu…